Intecsa-Inarsa consiguió reducir su huella ambiental en 2021 un 26,5% respecto a 2019, gracias al diseño e implantación de nuevos modos de trabajo como el teletrabajo o las reuniones telemáticas que fomentan la sostenibilidad y reducen el impacto de la actividad de la empresa y sus personas. En concreto, se ha pasado de 664,71 TCO2 a 488,55 TCO2
Si la comparativa la abordamos con 2020, el año de irrupción de la pandemia y, por tanto, con meses de confinamiento y otros tantos con múltiples restricciones a la movilidad y al trabajo presencial, se ha producido un aumento del 50,55%.
Para 2022, Intecsa-Inarsa seguirá comprometida con tratar de reducir cada vez más su huella ambiental. Por ello, la ingeniería ha tomado la decisión de seguir apostando por el teletrabajo, en el contexto, además, de una nueva estructura organizativa, que arrancó en 2020 y que tiene por objetivo una mayor eficiencia y trabajar por objetivos.
Además, se seguirán fomentando las videoconferencias en lugar de las tan habituales reuniones presenciales antes de la pandemia, y se mantendrán las acciones del Plan de Movilidad introducido por la compañía bajo la máxima de la sostenibilidad.
De esta manera, Intecsa-Inarsa lleva prácticamente un cuarto de siglo con el cuidado al medio ambiente como parte fundamental de su filosofía, inculcada a todos sus empleados y colaboradores en España y en todo el mundo.
Además, la compañía se adhirió hace ya años al Pacto Mundial de Naciones Unidas, un pacto que guía las actuaciones de la ingeniería para lograr los ambiciosos objetivos que propugna.
Nota: Para el cálculo de la huella de carbono se ha utilizado la norma UNE-EN ISO 14054-1:2019.